La alianza franco-rusa fue una alianza militar entre la Tercera República Francesa y el Imperio ruso, que se mantuvo en vigor desde 1892 hasta 1917. La alianza terminó con el aislamiento diplomático de Francia fruto de la elaborada política diplomática del canciller alemán Bismarck. Para el Imperio ruso significó un aliado frente a las pretensiones balcánicas de Austria-Hungría, aliada del Imperio alemán, y una contraposición a los intereses coloniales británicos. Francia seguirá siendo el principal aliado de Rusia hasta 1917, desde el punto de vista económico, financiero y militar.